Vagabundo y endeble caminando por la fría y húmeda noche yacían los latidos del eterno despertar de mis silencios
Observo el viento y la lluvia que cae en gotas de cristal deslizándose por las veredas que recorren mi complejidad
Árboles mohosos, el soneto de una ópera sin terminar, mientras caminaba por el oscuro paraje de cedros y pinos oigo una tierna canción de luna llena
Sus manos suaves y con gran vigor, tocaban el piano en el bosque oscuro generando a su alrededor un aura tornasol con destellos iridiscentes, hipnotizado sucumbió el reflejo de mis pupilas que sangraban de alegría al ver tan sublime espectáculo
Me acerqué a su rostro iluminado de luz plateada, tan blanco como la pureza alquímica que vislumbra el cristal del cielo, tan suave y sereno e inmutable concentrado en las notas del piano eterno
Pétalos cereza que recubren las puertas de mi aliento, se posaron como un colibrí para beber el dulce néctar de las rosas jugosas, carmesí e inefable sorpresa que me hace ser eterno en el puerto de sus palabras
En un torbellino de nubes y neblina, me zambullí en las horas de media noche...
Sí, yacía yo en mi lecho terrenal...
Lo que me hace suspirar y pregonar, ¡Que magnífico recuerdo en la tierra de Morfeo pude guardar!, perdido en la profundidad de tu mirada, en la noche estrellada de los espejos de tu alma.
Adam0889
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