Las lágrimas de Afrodita

 Aveces pienso en el calor estático de la vela derretida que está en la mesa de mi habitación, tan brillante, tan sereno y tan lleno de vida en la noche fría Me acuerdo de aquella frase de García Márquez en la que se pregunta si es mejor tener sentimientos que se queden en lo irreal, en lo platónico, inacabados, porque eso es lo que los hace perfectos  Y en ensoñación miro los latidos de mis suspiros Cómo puede ser que las llaves de Afrodita empapan de miel mis pensamientos Cómo corre el tiempo y este fuego sigue inmutable ardiendo en crecimiento como dulce alimento de las flores en mi desierto Tus manos no dejan de acelerar el éxtasis de mis corpúsculos que se erizan con solo un roce de tu suavidad  Ni hablar del como el oscuro firmamento de tus ojos iluminan aquel momento en el que quiero ser eternidad  Vuelve a brotar una sonrisa incierta y yo solo respiro pensando en que algún día, Artemisa me quiera abrazar, pero no un simple abrazo de despedida, sino uno de esos que acunan tu alm

 En el punto más alto de las olas plateadas de mis pensamientos, nadando sin prisa en un ritmo meditativo llego al puerto de mis silencios y me pongo a pensar en tus pupilas oscuras que son el abrazo de mi conexión con el universo No sé si te ha pasado alguna vez que encuentras un tesoro guardado en la esencia de una persona y que sin pensarlo crece en tu alma una sensación que no eres capaz de describir Cómo el hecho fortuito de encontrar un trébol de cuatro hojas, mejor dicho un ave Fénix, algo único y hermoso que llegas al punto de amarlo y mucho más allá. Tanto que adoras verlo volando y aunque no esté a tu lado, no quieres poseerlo solo amarlo en su libertad  Eso que inefablemente vive en mis latidos, eso que no encuentro cómo describir, eso que crece y que arde inmutable en mis sentidos, llegando a poseer cada célula y cada rincón de lo que estoy compuesto  Eso que le llamo te amo y que mis labios no saben pronunciar  Eso que cubre los multiversos y mi ser onírico descubre en cad