Soy las cenizas del ave Fénix que aguarda para renacer
Esperando una lágrima de Pegaso y los risos de Afrodita que se baña en las estrellas de Andrómeda en invierno
Siento en mi abdomen amorfo alas de mariposas nocturnas y plumas de aves extintas
No puedo decirle adiós a la tristeza que vaga en la sombra del tejado de mis pupilas
Abrazo aquel suspiro que se hunde en mis huesos
En los pensamientos inquietos del perfume de tu alma en mi almohada
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